Boulogne sin asistencia: hospitales colapsados y centros de salud vacíos
En Boulogne, la salud pública se encuentra al borde del colapso. El hospital funciona sin calefacción, faltan insumos básicos, y los turnos se suspenden una y otra vez. El municipio se retiró de los barrios y dejó a miles de vecinos sin respuesta
La situación sanitaria en Boulogne ya no admite eufemismos. El Hospital Ciudad de Boulogne —referencia para toda la zona— atraviesa una crisis profunda que se siente en cada pasillo, en cada sala, en cada guardia colapsada. Familias enteras esperan durante horas para ser atendidas, y muchas se van sin siquiera ser vistas por un médico. Según testimonios replicados en redes vecinales, hay días en los que los pacientes esperan más de cinco horas solo para recibir como respuesta: “no hay insumos, vuelva otro día”. Durante el invierno, varios sectores del hospital funcionaron sin calefacción, lo que generó quejas especialmente entre adultos mayores y madres con niños pequeños. Ni siquiera la urgencia climática logró acelerar una respuesta del municipio. Los consultorios atendían con las puertas abiertas para “ventilar” y el frío entraba sin control. Pero el hospital no es el único punto crítico. En el Centro de Atención Primaria Bajo Boulogne, el panorama es directamente el de una paralización funcional: faltan médicos clínicos, los turnos se reprograman constantemente por ausencia de personal, y los insumos básicos como gasas, jeringas, guantes o solución fisiológica directamente no están. Vecinos reportan que, en ocasiones, embarazadas, niños y personas mayores se retiran sin atención médica alguna porque no hay cómo examinarlos o medicarlos. Un testimonio difundido por redes resume el estado de situación: “No había nadie para atender, y si había alguien, no tenían con qué hacerlo”. La ausencia del Estado municipal se nota con fuerza: los operativos de salud barriales, que hasta hace poco llegaban a plazas y espacios públicos de Boulogne, fueron completamente desactivados. Se perdieron los controles preventivos, las campañas de vacunación, los chequeos básicos gratuitos. Hoy, la salud en Boulogne está reducida a un sistema colapsado, que no cubre ni siquiera lo urgente. En paralelo, el Hospital Central de San Isidro —a donde muchas veces son derivados los pacientes de Boulogne— también está saturado tras la firma del convenio SAMO con la Provincia, que lo obliga a atender a personas de otros distritos, sin recursos adicionales. La combinación de decisiones políticas mal gestionadas, falta de insumos, abandono de operativos y desinversión en los CAPS dejó a Boulogne indefenso. En uno de los barrios más populosos del municipio, la salud ya no es un derecho garantizado: es una carrera de obstáculos sin línea de llegada.
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