Tesla pierde valor: sus acciones se hunden en un año difícil para la industria eléctrica y la conexión de Musk con Trump genera controversia.
La caída de las acciones de Tesla no se detiene; la empresa se hunde en bolsa desde comienzos de 2025 y muchos culpan a la amistad de Elon Musk con Donald Trump.
Están siendo unas jornadas nefastas en Wall Street y parece que a Tesla se le está fundiendo el fusible. La compañía de Elon Musk ha visto cómo su cotización en bolsa se despeña sin frenos, perdiendo en un solo fin de semana 40 dólares por acción. De los 262 dólares del viernes a los 222 con los que cerró ayer y los 230 entre los que se encuentra ahora. Un auténtico descalabro que ya la sitúa peligrosamente cerca de la frontera psicológica de los 200 dólares, arrastrando consigo las expectativas desmedidas de los inversores. Muchos creen que la amistad de Elon Musk, que vio cómo su red social X sufría un ataque masivo, con el presidente Donald Trump está haciendo mella en una empresa que no está cumpliendo sus promesas en un saturado mercado para el coche eléctrico. Tesla atraviesa graves problemas: las acciones se hunden en un año negro para el coche eléctrico y culpan a la amistad de Elon Musk y el presidente Donald Trump La situación se agrava al comprobar que Tesla ha devorado todo el crecimiento que acumuló desde el pasado 5 de noviembre, cuando Donald Trump fue confirmado como presidente de los Estados Unidos. Lo que parecía un espaldarazo para la empresa se ha convertido en una espiral descendente, golpeada por un mercado que ya no compra la magia de Musk sin resultados concretos. No es solo Tesla. La jornada del pasado 10 de marzo fue un auténtico baño de sangre para Wall Street. Alphabet, Meta, Apple, Nvidia… todas las grandes tecnológicas sufrieron pérdidas, pero ninguna se llevó un batacazo tan estrepitoso como Tesla. La razón es simple: el valor de sus acciones se ha basado más en la fe ciega en Musk que en resultados tangibles. Una cult stock, como dicen los analistas y explican desde EFE, que ha sido impulsada por promesas futuras más que por beneficios reales. Y cuando esa burbuja se pincha, el golpe es brutal. Los números son demoledores. En diciembre, Tesla alcanzó su máximo con 476 dólares por acción. Apenas tres meses después, su valor ha caído a menos de la mitad. Un reajuste brutal que demuestra que la sobrevaloración tiene un precio. “ La amistad de Musk y Trump, unido al desplome del coche eléctrico a nivel mundial, han llevado al caos en Tesla Pero el problema no es solo la bolsa, sino el negocio real. 2023 fue el primer año en el que Tesla no superó las ventas del ejercicio anterior. Y 2024 no ha empezado mejor. En Alemania, su mercado europeo clave, las matriculaciones han caído un 54%. En Francia, un 63%. En España, un 75,5%. Y en China, donde la competencia es feroz, las cifras siguen desplomándose. Mientras tanto, el Xiaomi SU7 Ultra revienta reservas y BYD introduce drones en sus coches. Tesla ya no es el rey del eléctrico, y sus competidores lo saben. El Model Y actualizado podría ayudar a frenar la hemorragia, pero aún está por verse su impacto real. Mientras tanto, Musk sigue vendiendo la gran promesa del robotaxi, un servicio autónomo que debería estar operativo en 2027. ¿Será suficiente para levantar Tesla? Por ahora, los inversores no parecen convencidos. De hecho, hace escasas horas Trump ha dicho que comprará un Tesla para ayudar a su amigo. La Casa Blanca se ha convertido en un concesionario intentando levantar las ventas. Lo que está claro es que el hechizo de Musk empieza a desvanecerse. Tesla ya no es un milagro bursátil, sino una empresa con problemas muy reales. Y el mercado, implacable, ya ha tomado nota.
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