El principal aliado político de Axel Kicillof, Gobernador de Buenos Aires, ha desatado una ola de controversia tras negarse a someterse a una prueba de alcoholemia. Como resultado de su negativa, las autoridades retuvieron su licencia de conducir, poniendo en tela de juicio su responsabilidad como figura pública.

El incidente ocurrió cuando el funcionario fue detenido en un control de tránsito rutinario. Las autoridades pidieron que se sometiera a una prueba de alcoholemia, a lo que se negó. Las leyes de tránsito requieren que cualquier conductor se someta a esta prueba si se le solicita. Su negativa es vista como una violación de las normas de tránsito y, por ende, resultó en la retención de su licencia de conducir.

Este incidente ha generado un debate sobre la responsabilidad y la transparencia en el gobierno de la provincia. Algunos críticos argumentan que, como figura pública, el funcionario debería dar el ejemplo y cumplir con las leyes de tránsito. Otros, sin embargo, ven este incidente como un intento de politizar un problema personal. Independientemente de las opiniones, es innegable que este incidente ha llamado la atención sobre el comportamiento y la responsabilidad de los funcionarios públicos.