Los trastornos alimentarios, una amenaza silente para la salud de nuestros adolescentes, son cada vez más prevalentes. Según especialistas, la detección temprana y la comprensión de los factores de riesgo son esenciales para prevenir y tratar estos trastornos. 
 Las señales de alerta pueden variar desde cambios drásticos en el peso hasta preocupaciones obsesivas con la comida y el cuerpo. Los factores de riesgo incluyen presión social, baja autoestima y antecedentes familiares de trastornos alimentarios. Sin embargo, se necesita un enfoque multidisciplinario para su tratamiento, que involucre apoyo psicológico, nutricional y médico. 
 Además, la educación y la información son herramientas vitales para contrarrestar estos trastornos. Fomentar una imagen corporal positiva y hábitos alimentarios saludables en nuestros jóvenes puede ser la clave para prevenir estos trastornos. Por último, invitamos a nuestros lectores a compartir sus experiencias y opiniones sobre este importante tema.